
Kevin Carter fue el hombre que llevó al mundo la imagen que mostraba la brutalidad de la hambruna en Sudán. Al poco tiempo, decidió quitarse la vida.
La imagen fue publicada en el New York Times el 26 de marzo de ese año y en poco tiempo la editorial recibía decenas de cartas de personas preguntando sobre la salud del infante. Carter respondió que después de tomar la imagen, ahuyentó al buitre, pero no supo si la niña llegó a su destino para sobrevivir.

Dentro de poco, algunos comenzaron a criticar el trabajo, cuestionando el trabajo del fotógrafo y su nivel de humanidad, olvidándose que el trabajo de un periodista es retratar una realidad, sin interferir en ella, además de que la imagen fue capturada para atraer los ojos del mundo. Era imposible involucrarse.

No sabemos si ese es el pensamiento que atormentó a Carter el resto de su vida, pero lo cierto es que todo lo que observó durante esos 10 años; los terrores de la humanidad y los daños que puede provocar, lo cambiaron para siempre. Un año después de la publicación de la fotografía, el hombre ganó el Premio Pulitzer de Fotografía, pero era difícil aceptar ese dinero con una sonrisa. A los dos meses decidió quitarse la vida. Conectó una manguera del escape de su camioneta y la apuntó hacia su ventana, falleciendo por envenenamiento de monóxido de carbono. Apenas tenía 33 años.
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