
La selección de la corcholata presidencial pasa por el Estado de México.
Del resultado electoral del primer domingo de junio depende la suerte de quienes han sido comisionados por Andrés Manuel López Obrador para operar.
Todas las corcholatas, especialmente Claudia Sheinbaum, cuya administración en la capital repercute en toda la zona conurbada mexiquense.
Porque todas ellas, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, han sido instruidas para asistir a mítines de Delfina Gómez, respaldarla en la campaña y aportarle recursos y operadores.
La orden, transmitida por Mario Delgado, se da en momentos cruciales porque la fecha de las votaciones se acerca peligrosamente para el partido gubernamental.
Para allá van dinero y recursos materiales, legales y no pero encubiertos, enviados desde todos los gobiernos morenistas, el federal y los estatales.
Esto llama la atención porque, si Delfina lleva 20 puntos de ventaja sobre la priista Alejandra del Moral como presume su publicidad, ¿por qué tanta preocupación?
OPERADORES Y DINERO
El apoyo es y será total.
Si ahora promocionan el voto a favor de Delfina Gómez y cubren viáticos de miles de activistas, el día de la jornada se hará un operativo de magnitudes no conocidas.
El domingo 4 de junio multitud de brigadas debidamente pagadas movilizarán votantes para llevarlos a las casillas a emitir su voto.
Miembros del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, comandados por su presidente Aarón Ortega, serán acreditados como representantes de casilla y garantes del voto.
No tienen escapatoria:
No irán los 184 mil agremiados, pero sí gran parte porque las secciones van a elecciones cuando las convoque la autoridad y una valoración será el servicio prestado al Gobierno y a su movimiento.
De esa responsabilidad política fueron advertidos en junta el jueves de la semana anterior y a los candidatos a secretarios de sección se les asignan tareas específicas, zonas concretas y se les vigila para premiarlos… o castigarlos.
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