
Luego de haberse comprobado que golpeó a su pareja sentimental y detenido por otros cargos, el ex diputado por Movimiento Ciudadano Horacio Jiménez salió libre.
¿Qué pasó entonces?, ¿por qué dos meses después Horacio Jiménez está en libertad?
La respuesta es simple: al tratarse de delitos por querella, el Código Penal del Estado de México en su artículo 91 establece vías como los “acuerdos reparatorios” para solucionar ese tipo de conflictos. Así sucedió y al final este caso terminó -como muchos más- demeritando la lucha del sector femenino por una vida sin violencia.
Tan pronto se supo de la libertad de Horacio Jiménez la misma opinión pública dirigió su ira sobre las autoridades de seguridad y justicia, y pocos entienden y/o aceptan el contexto legal que evidencia una permanente flacidez de las leyes para la protección de las mujeres.
La esposa de Horacio Jiménez tendrá sus motivos o necesidades para haber llegado a esta solución, pero ¿cómo hacérselo entender a esa ciudadanía que se volcó a la defensa de la mujer agredida?
En fin, para el respetable es un acto de abierta impunidad; para la víctima fue un caso de maltrato, persecución y posterior indulto hacia su victimario. En ambos casos parece una burda aplicación del “pégame, pero no me dejes”.
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