
El pleno del Poder Legislativo mexiquense ayer martes se convirtió en un ring político, esto previo a la aprobación de la disminución de regidores y síndicos en los municipios mexiquenses.
Este tema generó un debate álgido con dimes y diretes, acusaciones, señalamientos entre legisladores y legisladoras de diferentes grupos parlamentarios, incluso de violencia política y salieron a relucir figuras como los ex presidentes, el actual mandatario federal, el senador, Higinio Martínez y el alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas y hasta la familia del legislador panista, José Antonio García.
El debate duró algunas horas, pues integrantes de las bancadas del PAN, PRD y Partido Verde y al menos dos legisladoras y un diputado de Morena subieron a tribuna a rechazar las reformas y a acusar que se afecta a las minorías, mientras la mayoría de Morena sostuvo que no se afecta la representación, pero sí a grupos y familias que se han enquistado y cada tres años ocupan regidurías.
En el debate en tribuna no participaron ni el PRI, ni PT, ni Encuentro Social, ni los independientes.
Omar Ortega, coordinador del PRD solicitó una moción suspensiva, regresar el tema a comisiones y acusó que los diputados de Morena tenían prisa por borrar de un plumazo a la oposición en los 125 municipios.
José Antonio García del PAN fue el primero en subir a tribuna y acusar que las reformas son un atentado contra la democracia que trata de aplastar a las minorías al quitarles voz y voto.
De paso, criticó al senador Higinio Martínez y consideró que su iniciativa busca el protagonismo electoral, pero afecta derechos, busca un albazo legislativo, pues se justifica en una supuesta austeridad, no establece los recursos que se ahorrarían con un estudio sólido.
Replanteó que se deben terminar los subejercicios, hizo críticas al Gobierno federal y acusó que un partido que viene de las minorías quiera quitarles la representación, atropellar la pluralidad y la democracia y afirmó que quienes votaran a favor serían recordados como traidores a la democracia.
Max Correa de Morena subió a tribuna para acusar que los señalamientos eran mentiras, pues la iniciativa, afirmó, respeta el derecho de la reelección si los partidos políticos registran a sus militantes, en una nueva configuración y defendió que respetan la representación proporcional en cada uno de los municipios.
Quienes se verán afectados, advirtió, serán los grupos y familias que de alguna manera han secuestrado los espacios, como si hubieran adquirido una franquicia comercial, pues se han enquistado y con los cambios se verán afectadas en sus privilegios.
José Couttolenc del Partido Verde advirtió que afectará a los jóvenes con interés de participar en la vida pública. Las reformas, dijo, son inconstitucionales, vulneran a las minorías y ponen al Estado de México en un franco retroceso democrático. Cuando concluyó, Max Correa, con micrófono abierto, acusó que el legislador verde ni siquiera acude a las sesiones.
Azucena Cisneros con dureza afirmó que hay gobernantes llenos de lujos en un pueblo pobre y refirió que la disminución de ediles disminuiría el aparato excesivo y lograría ahorros de mil 500 millones de pesos no sólo por salarios, también en prestaciones muchas veces discrecionales, papelería y otros gastos.
Las regidurías, dijo, han sido heredadas o hay familiares que cobran en los ayuntamientos donde abusan del poder al amparo de un cargo público.
Exigió dejar la ambición y no tratar de ganar en la mesa lo que no han ganado en la calle. “La gente no está de acuerdo al mantener privilegios
Elba Aldana de Morena consideró que la propuesta no cumplía con todas las cuestiones de legalidad, afirmó que había fraude a la ley y vendría un programa de desempleo disfrazado de adelgazamiento público.
Faustino de la Cruz, de la misma bancada, afirmó que no comparten la visión de Daniel Serrano, líder de los llamados “puros”, grupo al que pertenece la diputada Elba Aldana y dijo que no quieren gobiernos obesos, ni corruptos que gasten el dinero en sus amigos. “Yo prefiero ser traidor de las cúpulas partidarias, a ser traidor del pueblo”, sostuvo.
Acusó al PVEM de traicionar al pueblo y exigió al PAN no desgarrarse las vestiduras por los que menos tienen, y en respuesta,
José Couttolenc afirmó que ellos no han sido mayoría y García respondió que en Texcoco el senador Higinio Martínez tenía a su familia trabajando durante el gobierno municipal de Delfina Gómez.
Faustino de la Cruz advirtió que Couttolenc no asiste a las sesiones y a García le dijo que el PAN debía ofrecer disculpas.
El coordinador de Morena, Maurilio Hernández llamó a no rebajar el nivel del debate, a dejar de lado el cinismo político y a no actuar como “fajadores callejeros” para tratar de impresionar en la tribuna. El debate, dijo, no se gana vilipendiando, difamando, ni “encochinando” el parlamento.
Afirmó que no afectarán a la democracia, ni las minorías y pidió escuchar los planteamientos, no dar por hecho que las cosas no pueden mejorar, pues hablar a priori refleja desesperación y temor a que las cosas cambien.
Lo que se plantea, dijo, es la eliminación de un regidor y medio por municipio. Anticipó que habría un cambio en el dictamen que posteriormente fue planteado por el diputado Faustino de la Cruz.
Beatriz García de Morena pidió no caer en lenguaje soez, ni en violencia política. Reprochó al diputado Faustino de la Cruz el comentario hacia Elba Aldana y aseguró que ellas no hacen lo que su compañero Daniel Serrano les dice. También acusó que la reforma fue una moneda de cambio por la fusión de secretarías.
Él respondió que el tema es de principios, de congruencia, de disciplina partidaria y pidió no escudarse en temas de violencia política. El pueblo, dijo, demandó que haya austeridad. Vinieron gritos de panistas principalmente de “No estás sola”.
Anuar Azar, coordinador del PAN ofreció su solidaridad a la legisladora acusó que se busca centralizar el poder y quedan atrás las luchas de la izquierda por hacer valer a las minorías. Adelantó que corregirían la página porque no había proporcionalidad y contravenían disposiciones constitucionales.
El debate se prolongó entre acusaciones principalmente de panistas a morenistas, y viceversa, que incluyeron al Gobierno federal, al senador Higinio Martínez, al alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas.
Azucena Cisneros acusó al PAN, PRD y PVEM de ser candil de la calle y no criticar al gobierno estatal.
Tanto el PRD, como el PAN y el Partido Verde hicieron propuestas para tratar de modificar el dictamen, pero fueron desechadas por la mayoría.
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